En Barcelona me hospedé en la casa de Juan y su familia, un compañero de la secundaria a quien no veía hacía muchísimo tiempo. Fueron unos anfitriones impecables que apenas llegué me entregaron un juego de llaves, un celular y un mapa. Y me permitieron disfrutar del calor de hogar que supera tanto a la vida colectiva del hostel.
Y ahí empezó otro viaje, levantándome tarde y arrancando el día al mediodía. Ya no caminaba tanto ni me desesperé por conocer todo, no daba más. Barcelona me requete recontra encantó y también entendí por qué a muchos de mis amigos les parece demasiado canchera y por qué les gusta más Madrid .
El día que el Barsa perdió contra el Real Madrid la Copa del Rey, la ciudad estaba vacía pero nosotras salimos igual. Era mi última noche de vacaciones y la pasé entera de bar en bar con un famoso actor portugués quien me despidió a las 6 am en el andén del subte para nunca más volver a verlo.
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